El Estado discriminador

Llevo un tiempo planteándome adquirir una vivienda y entre las cosas que he mirado se encuentran las ayudas que tanto la Comunidad Autónoma como el Estado ponen a disposición de parte de los ciudadanos. Digo “parte” porque este tipo de ayudas van dirigidas a unos colectivos que el Gobierno considera como más “protegibles” que otras. Los parámetros que se manejan para decidir si puedes ser obsequiado con una de estas ayudas se resumen básicamente en criterios de edad y de renta. Esto mismo se aplica a otro tipo de ayudas que el Gobierno ha aprobado recientemente, por ejemplo, se ha autorizado un gasto de 12 millones de euros para subvencionar los contratos indefinidos, de relevo y formativos para personas menores de 30 años; o como el incremento en un 50%, es decir, hasta los 7,2 millones de euros de los incentivos destinados a la contratación de colectivos más “desfavorecidos” como parados mayores de 45 años, parados de larga duración, titulares de familias monoparentales y personas en riesgo de exclusión social. Es decir, si tienes entre 30 y 45 años da igual cual sea tu situación personal que no podrás tener acceso a ninguna de estas ayudas que he mencionado, y además de superar tus propias limitaciones deberás competir con el apoyo que el estado ofrece a otros colectivos que no son el tuyo.

Me estoy acordando ahora del caso de una chica con la que coincidí en mi anterior empleo. Se trata de una chica que trabajaba como recepcionista-secretaria de la empresa. Laboralmente ella tenía claro sus aspiraciones que se resumían en salir a las tres de la tarde, planteamiento completamente respetable, pero evidentemente el sueldo que ella percibía iba en relación con el trabajo que desempeñaba. Por diversas circunstancias que no voy a comentar, esta chica tuvo la oportunidad de promocionar profesionalmente pero no lo vio con buenos ojos porque no se ajustaba a su criterio fundamental. Comento esto por ella tuvo la suerte de ser obsequiada (me alegro por ella) con un piso de tres habitaciones, de nueva construcción en una urbanización cerrada y bien situada, es decir un piso para el que una persona que trabajase de sol a sol pero que tuviera un nivel de renta no muy superior pero sí suficientemente elevado como para no poder acceder a esta ayuda, nunca podría llegar a comprarse por sus propios medios.

Hace unos meses oíamos que a determinados parados que tuvieran hipoteca se les aplazaría la mitad de la cuota durante dos años, es decir, si alguien decidió en su día adquirir una vivienda en lugar de alquilarla, en este supuesto el Estado le ayudaría a conseguir ser propietario y que no le embargasen echándole de su vivienda, mientras que otro ciudadano que eligió libremente alquilar su vivienda y que pueda estar en las mismas circunstancias desgraciadas del otro, nadie le ayudará a pagar su alquiler. Incluso puede que el ciudadano que se decidió en su día por el alquiler tomara esta decisión por motivos de prudencia y responsabilidad pero como no entra en el segmento de “ayudables” que alguien marcó en base a unos criterios subjetivos no recibirá ninguna ayuda. Lástima que el alquilado no lo hubiera sabido antes.

Estos son sólo unos pocos ejemplos de una tendencia discriminadora que se acuña como una forma positiva de influir en la sociedad sin reparar en el daño que se causa a todos aquellos que quedan excluidos de estos beneficios. No se trata de una fiebre pasajera que afecta a un partido o un Gobierno, lo malo es que esta tendencia a establecer discriminaciones se observa en todas las administraciones que pretenden reparar un daño pero desde una perspectiva subjetiva. No digo que no deban existir ayudas por parte del Estado únicamente considero que estas deben ser más equitativas, y que debería existir un mecanismo eficaz de evitar el fraude.

Regeneración democrátrica - Listas abiertas

Por un nuevo Pacto de Toledo

Ayer oímos al Gobernador del Banco de España alertando sobre el déficit futuro de las pensiones. Para Ordoñez el margen para aumentar el gasto público se ha acabado y aboga por alargar la edad de jubilación y exigir más tiempo de cotización. Pero el Gobierno de Zapatero va camino en esta legislatura de hacer lo mismo que en la precedente en lo que a sanear el sistema de Seguridad Social se refiere.

El Gobierno comenzó aparentemente bien convocando el diálogo social con patronal y sindicatos, e intentó avanzar en el Pacto de Toledo. Sin embargo, la voluntad real de tomar medidas sigue brillando por su ausencia. Según la responsable del PSOE en la comisión del Pacto de Toledo, no se tomará una sola medida que no sea aceptada por los sindicatos, y como estos no admitirán ningún cambio que suponga recortes no es difícil colegir que el saneamiento del sistema de protección volverá a quedar igual.

Parece que el Gobierno quiera utilizar la negativa sindical como justificación para eludir las reformas, obviando que si bien es mejor que estas sean fruto del consenso, cuando este no es posible el Gobierno debe asumir la responsabilidad de afrontar las medidas necesarias para evitar que las futuras generaciones sufran las consecuencias de este problema. Además, cuanto más se tarde en tomar decisiones, mayores serán las dificultades del sistema de protección, en el que el ritmo de crecimiento de los gastos ha rebasado el de los ingresos.

Zapatero sigue echando balones fuera, ya lo hizo en la cumbre hispanolusa en la que afirmó que la causa de los problemas que aquejan la economía residen en la mala regulación y en el deficiente funcionamiento del sistema financiero internacional, especialmente el de Estados Unidos, y que por tanto los problemas de la crisis no las deben pagar ni el mercado laboral ni el Estado de Bienestar.

Es cierto que las turbulencias financieras han asestado un duro golpe a la economía mundial, pero el presidente se empecina en ignorar la crisis paralela que sufre España como se evidencia en el agudo deterioro económico y laboral en comparación con el resto de Europa. La apoplejía reformista del Gobierno, en su resignada táctica de apaciguar, esperar y ver contrasta con las decisiones de fondo tomadas por otros países de la Unión Europea.

El nuevo Pacto sobre pensiones debe nacer de toda la sociedad, de los grupos políticos, los sindicatos, el Gobierno, la Administración Tributaria y también del sector asegurador y gestor de fondos. En 1993 cuando el superavit del sistema de pensiones se venía abajo hubo que plantear reformas que desembocaron en el Pacto de Toledo (1995), ahora la crisis económica y financiera mundial muestran alertas que obligan a adoptar con urgencia un nuevo acuerdo más amplio y adaptado a las nuevas circunstancias para preservar el sistema de pensiones.

En este nuevo sistema público de previsión social deberían tener cabida también las pensiones privadas lo cual supondría poder compatibilizar los deseos de los pensionistas con las posibilidades reales de la economía española. Este nuevo sistema debería ser también más transparente, permitiendo que los ciudadanos podamos conocer cuál es exactamente la pensión que podremos esperar en función de nuestra contribución.

La reforma de Seguridad Social puede afrontarse con medidas que aumenten la contributividad, tales como:



  • Base reguladora de la pensión. El criterio de proporcionalidad requiere que la pensión se calcule en función de toda la vida contributiva del trabajador. Para que exista equidad debe existir una conexión de la pensión con todas las cotizaciones efectuadas.
  • Prolongación de la vida activa. Esto tendría su razón de ser por el retraso en llegar al mercado de trabajo, que origina una disminución del periodo de cotización y en el aumento de la esperanza de vida en el momento de la jubilación. Aunque este aspecto no es tan relevante con el de evitar el descenso de la tasa de actividad de las personas mayores de 55 años (tasa de actividad de personas de 25 a 54 años para el cuarto trimestre de 2008 es del 84,44% mientras que para mayores de 55 años es del 21,15%, según el INE)
  • Jubilaciones anticipadas. Este sistema se creó en la época de la reconversión industrial para disminuir plantillas de empresas con beneficios, no parece que en la situación actual este sistemas sea muy adecuado.

O bien por la que me puedo inclinar más es optar por por un sistema de pensiones en el que uno de los pilares sea la capitalización, que otorga a la persona una visibilidad de lo que tiene que hacer para garantizarse una pensión digna. Es necesario concienciar a la población más joven, para que las aportaciones sean más tempranas, muy cercanas al inicio de su vida laboral. Por otro lado para que el sistema de capitalización se mantuviera en equilibrio, no se introducirían en él criterios de solidaridad, los cuales irían a cargo de los Presupuestos Generales y no del sistema de la Seg. Social.

De cualquier forma hay que tomar medidad para:

  • Fomentar el ahorro a largo plazo con medidas tales como las fiscales: recuperación de los incentivos retirados a fondos y planes (como la rebaja del 40% en la tributación de las prestaciones rescatadas en forma de capital); elevar nuevamente los límites máximos de aportación a planes con exención fiscal; desligar de las prestaciones de los planes aquella parte que se corresponda con la rentabilidad obtenida para que deje de tributar al tipo marginal del IRPF y lo haga al tipo fijo del ahorro (18%).
  • Fomentar los sistemas de previsión empresarial incentivando a las empresas.
  • Educación: se debe transmitir al ciudadano la cultura del ahorro y la previsión.

En el Pacto de 1995 todos los partidos políticos representados en el Parlamento y los agentes sociales acordaron excluir del debate político las pensiones y evitar el electoralismo, ¿seremos capaces de hacer lo mismo y sacar adelante un nuevo Pacto?

La tómbola

No me he podido resistir a comentar algunas "cosillas" del nuevo cambio de Gobierno:

- Un perfil más técnico que político en Economía. Elena Salgado se ganó el apelativo de “sargento de hierro” por su fama de puntillosa y disciplinada, tras tres años en Sanidad. La prensa internacional se muestra desconfiada con la salida de Solbes y el reemplazo por esta ingeniera industrial. The New York Times comentaba a este respecto: “While Mr. Solbes had lost the ability to be effective, it was not clear Ms. Salgado had the right experience for the job”
- Creación de la Vicepresidencia de Cooperación Territorial, la cual está en manos de uno de los barones del PSOE, Manuel Chaves, quien deja la Junta de Andalucía tras casi treinta años de gobierno. El movimiento no parece que le haya salido redondo a ZP pues hubiera preferido que quien relevara a Chaves fuera Mar Moreno y no Jose Antonio Griñán. A ver cómo puede mantener ahora el PSOE un recurso contra la ley de cajas de Madrid cuando el ahora Vicepresidente hizo una norma intervencionista en Andalucía.
- Pepín Blanco por fin tiene cartera de Ministro. Estaba cantado que tarde o temprano estaría al frente de un Ministerio. Veremos si lo hace mejor que Dña. Magdalena Álvarez, está visto que para estar al frente de este Ministerio es requisito no ser una persona de consenso.
- Trinidad Jimenez, parece ser que ya ha encontrado su sitio al frente del Ministerio de Sanidad, y es que la vida da muchas vueltas y esta señora es muy viva. A ver qué tal lo hace, la verdad es que en su día los asuntos municipales de Madrid los enfocó bien.
- Ministerio de cultura en manos del sector cinematográfico. Todavía me estoy restregando los ojos, ¡cómo puede ser que la Ministra de Cultura sea la presidenta de la Academia de Cine!, ya sabemos hacia donde barrerá esta señora. Se ve que está devolviendo el favor al mundo de la farándula por el apoyo que en su día le dieron, pero donde vamos a llegar si la cultura se identifica únicamente con este gremio.

Está claro que algo había que hacer y sinceramente confío en que esto suponga un paso adelante para salir de la situación en la que nos encontramos. Vamos a ver con qué nos sorprenden.

Un voto en blanco

Son muchos los comentarios que he leído o me han llegado por otras vías reprobando con mayor o menor intensidad la actitud de UPyD en la Cámara Vasca. Está claro que una misma acción puede tener diferentes interpretaciones derivadas de las distintas formas de pensar; pero no debemos obviar la intencionalidad o criterio del que la ejecuta.

La semana pasada Gorka Maneiro votó en blanco en la elección de Arantza Quiroga como Presidenta del Parlamento Vasco, la cual salió elegida con los 38 votos de PSOE y PP. Nadie puede concluir que UPyD no apoye un gobierno constitucionalista, cuando durante toda la campaña el mensaje no ha podido ser más claro, recordemos lo que Rosa Diéz afirmaba tras conocerse los resultados de las elecciones: “Constituir un Gobierno constitucionalista es el trabajo que nosotros, como UPyD, nos tomaremos. Si hay oportunidad de que ese Gobierno exista en Euskadi, si es que depende de nosotros, lo habrá".

Entonces, si estaba a favor de un Gobierno constitucionalista ¿por qué voto en blanco?. La razón de este modo de actuar es precisamente la manera que UPyD tiene de entender la política. Durante la campaña hemos oído en más de una ocasión que esta formación no dará “un cheque en blanco”, es decir, condicionaba su apoyo al compromiso en el cambio de políticas. Este compromiso nunca llegó a UPyD, se quedó en el pacto entre PSOE y PP. Las pasadas elecciones han supuesto un cambio histórico en el País Vasco dejando atrás casi treinta años de gobierno nacionalista. El candidato que pese a no ganar las elecciones tenía la oportunidad de cambiar esto llegando a acuerdos con partidos constitucionalista no buscó el mayor número de apoyos, sino únicamente los necesarios para ser embestido lehendakari. Es conocida la aversión que Patxi López siente por la portavoz de UPyD, Rosa Diéz, pero estas emociones personales deberían quedar relegadas a un segundo plano, dejando paso a ese “talante” del que el partido al que Patxi pertenece ha hecho gala en tantas ocasiones. “La nueva Presidenta tendrá toda nuestra ayuda y todo nuestro apoyo para dirigir la Cámara con respeto a la pluralidad y a la ley. Pero quien ha decidido hacerlo sumando partidos en vez de sumar voluntades que no espere adhesiones personales de nosotros”, escribe Rosa. No creo que el voto en blanco haya sido una cuestión de orgullo sino la manifestación clara del deseo de que se hagan las cosas de otra manera, con diálogo, debate y respeto.

Donde dije digo, digo Diego

El otro día leí en la página web de upyd un artículo en el que se “refutaban” ciertas falacias populares (según calificaba el autor). Lo primero que cabría preguntarse es qué es lo que está pasando para que el responsable de Comunicación y Programación de UPyD hiciera un manifiesto de esta índole. Uno puede estar más o menos al tanto de la corriente que ha desencadenado esta reacción, pero supongo que el que no lo esté tratará de ponerse al corriente y valorar los argumentos de ambas partes sin caer en la irresponsabilidad intelectual del “magíster dixit”.

Únicamente haré mención en esta ocasión a la primera falacia que el autor del artículo intenta refutar en lo que él califica como la “falacia de equiparación Partido-Estado”, según él esta falacia consiste en considerar que el partido debería aplicar internamente los criterios de democracia y pluralidad del programa electoral, a este respecto comienza argumentando que (permitidme transcribir el texto entero): “el programa del partido está concebido para reformar las instituciones básicas del Estado, comenzando por la Constitución, no para “reformarse” a sí mismo Un partido democrático no es un Estado en miniatura, sino una entidad completamente diferente : una asociación de finalidad política, a la vez pública y privada, formada por personas que comparten un ideario y un programa, por lo que el gobierno del Estado democrático no sirve como modelo para el gobierno de un partido.” En lo único que puedo estar de acuerdo es en la obviedad de que un partido político no es un Estado en miniatura. Evidentemente en su organización interna un partido político puede adoptar o no mecanismos democráticos, pero tratar de refutar a aquellos que defienden la democracia interna dentro de UPyD me parece que es un insulto a la razón de aquellos que han apoyado la candidatura de UPyD en las elecciones generales y que han creído en un programa electoral que según se calificaba en el mismo supone un “contrato con los ciudadanos”, me remito a la propuesta nº 15 del punto 2 “Regeneración democrática” del
programa electoral para las elecciones generales 2008:

15 - Democratización interna de los partidos, instaurando la obligatoriedad de la elección directa por los afiliados, o elecciones primarias, de los candidatos a los principales puestos de responsabilidad política. Asimismo se reforzará la protección judicial de los afiliados frente a expulsiones arbitrarias.

Además de lo ya mencionado no deja de sorprenderme que el señor Gorriarán se posicione en contra de esta democracia interna cuando él mismo criticaba a Rajoy por el nombramiento a dedo de toda la cúpula directiva de su partido, esta afirmación la realizaba en un escrito de mayo de 2008 comentando el Congreso Búlgaro de Valencia en donde afirmaba: “Lo que pasa es que esos mismos críticos no parecen capaces, como tampoco Rajoy, de entender el fondo del problema y ofrecer una alternativa real al hiperliderazgo presidencialista, perfectamente expresado estos días en la pretensión de Rajoy de nombrar en persona a toda la cúpula dirigente del partido, de modo que el Congreso del PP se limite a ratificar sus decisiones. Eso, o echarle. No es un abuso de Rajoy, es la consumación del modo de obrar consecuencia del presidencialismo. Una especie de monarquía primitiva donde el reinado del monarca pende totalmente de su capacidad para dar la victoria a su corte y todas las ventajas del poder. El problema aparece cuando el monarca falla: sustituirlo es largo y trabajoso, como bien podrían testificar los socialistas cuando buscaron sucesor a González. Al PP le va a costar encontrar el suyo, para felicidad de ZP". (Gracias Starling por recordarnos estas palabras en tu blog
http://democraciaresponsable.blogspot.com/ , y de las que yo he hecho eco).
Intentar refutar algo que está en línea con el propio programa electoral y al mismo tiempo contradecir sus propias ideas puestas de manifiesto en declaraciones de hace menos de un año deslegitima su credibilidad frente al electorado en primer lugar y frente a los afiliados, porque en qué quedamos señor Gorriarán ¿está a favor de la democracia interna de los partidos o está en contra? Yo ya me lio.

MEMENTO MORI

Memento mori, “Recuerda que vas a morir” en el sentido de “Recuerda que eres mortal”, esta locución tiene su origen en una costumbre de la Antigua Roma. En su paseo triunfal por las calles de Roma los victoriosos generales romanos iban acompañados de un esclavo que les repetía esta locución con la intención de impedir que incurriese en la soberbia.

Por lo visto no estaban tan locos estos romanos, sino que tenían los pies en el suelo, conocían de qué barro está hecho la naturaleza humana y la facilidad que tenemos de vanagloriarnos.

Por otro lado tener presente esta realidad más que un pensamiento pesimista, siniestro o masoquista supone un incentivo para aprovechar la vida, ¿viviríamos igual si supiéramos que no nos queda mucho tiempo de vida?, ¿nos enfrentaríamos al mundo de la misma forma o por el contrario trataríamos de exprimir cada minuto?. Me estoy acordando de la intervención del profesor John Keating en la película “El club de los poetas muertos”:

“El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante. Lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida”

Además de recordar que un día moriremos debemos tener presente que también los que nos rodean llegará un día que ya no estén con nosotros. En el día a día solemos olvidar qué es lo importante, discutimos por trivialidades, nos recriminamos pequeños detalles o simplemente damos por hecho que los demás están ahí y actuamos como si no tuviera importancia.
Pero recuerda: algún día ya no tendrás a tus padres, a tu pareja, a tus amigos, a tus hijos. ¿tienes algo mejor que hacer, algo más importante, que dedicar un rato a las personas que quieres? Habla con ellos, da un paseo, juega con tus hijos, sal a cenar con tu pareja,… disfruta la vida con ellos. Mememento mori.